Recuerdo que una vez me enamoré de un ángel.
No lo sabía, pero yo estaba c o n v e n c i d a de que algún día se daría cuenta de que lo era.
Paso al contrario.
Sucumbió ante el mal y sus sueños desaparecieron. Se esfumaron en una noche de verano como estrellas lejanas del universo dirigiéndose al gran agujero negro.
Se convirtió en un demonio. Ardía en el infierno de sus deseos.
Anhelando cosas que quería conseguir pero que en verdad le destruirían.
Gravó su propio camino de autodestrucción.
Su medalla de oro, no era en verdad de oro. Simulaba ser real pero era inventada.
Su cuerpo era su peor enemigo.
Su vida, una ruina, un trozo de no-vida en el que solo sobrevivía porque vivir...no podía.
Sus errores le podían.
El margen de la carretera, de su carretera se difuminaba mientras el rimel de sus ojos negros se deshacía.
Creía caminar, pero ni siquiera daba un paso.
Nunca quiso parar. ¿Qué motivos tenía para hacerlo?.
Para aquellos que vivían su vida, disfrutaban de la comida, iban a fiestas y decidían elegir la alegría y vivir lo mejor posible, entenderlo sería inútil.
Pero eso no quería decir que no quisiese vivir como ellos.
Sus problemas se dividían en varios. Todos sus problemas se juntaban y se compinchaban para crear uno igual de asqueroso que los demás. Un año más tarde me confesó que solía pensar que lo que hacía no resultaba dañino para nadie y a nadie le importaba. [ No pensó en mí]
Con el tiempo su mente tomó otra dirección, sabía que siempre caería y que llevaría escrito en él todo lo que paso. Sería una lucha, cada día de su vida.
Supongo que hoy , sé porqué me enamoré de ese ángel.
Porque era real y era tremedamente parecido a un ser humano.
No lo sabía, pero yo estaba c o n v e n c i d a de que algún día se daría cuenta de que lo era.
Paso al contrario.
Sucumbió ante el mal y sus sueños desaparecieron. Se esfumaron en una noche de verano como estrellas lejanas del universo dirigiéndose al gran agujero negro.
Se convirtió en un demonio. Ardía en el infierno de sus deseos.
Anhelando cosas que quería conseguir pero que en verdad le destruirían.
Gravó su propio camino de autodestrucción.
Su medalla de oro, no era en verdad de oro. Simulaba ser real pero era inventada.
Su cuerpo era su peor enemigo.
Su vida, una ruina, un trozo de no-vida en el que solo sobrevivía porque vivir...no podía.
Sus errores le podían.
El margen de la carretera, de su carretera se difuminaba mientras el rimel de sus ojos negros se deshacía.
Creía caminar, pero ni siquiera daba un paso.
Nunca quiso parar. ¿Qué motivos tenía para hacerlo?.
Para aquellos que vivían su vida, disfrutaban de la comida, iban a fiestas y decidían elegir la alegría y vivir lo mejor posible, entenderlo sería inútil.
Pero eso no quería decir que no quisiese vivir como ellos.
Sus problemas se dividían en varios. Todos sus problemas se juntaban y se compinchaban para crear uno igual de asqueroso que los demás. Un año más tarde me confesó que solía pensar que lo que hacía no resultaba dañino para nadie y a nadie le importaba. [ No pensó en mí]
Con el tiempo su mente tomó otra dirección, sabía que siempre caería y que llevaría escrito en él todo lo que paso. Sería una lucha, cada día de su vida.
Supongo que hoy , sé porqué me enamoré de ese ángel.
Porque era real y era tremedamente parecido a un ser humano.
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