Yo sé que ahí fuera hay muchas personas que se sienten solas. Que esperan un beso, un abrazo, o una sonrisa. Que piensan que sus problemas son únicos y que nada ni nadie va a poder salvarles, sin saber que nada nos salva, sino que somos los dueños de nuestro propio salvavidas.
Soy consciente de todo esto, pero me siento sola. Ha tenido que ver como el primer año magnífico que se supone debe ser la universidad y una ciudad diferente(no tu pueblo,tu mismo pueblo durante 21 años) ha sido un desastre. Ahí fuera dirán que aún me queda tiempo para conocer a diferentes personas, que es una ciudad y ese tipo de cosas.
Ver a todos entusiasmados con su nuevo año, con su empezar, la hace a una muy desdichada. Una vez hablé con mi psicóloga que al sentirnos tristes o deprimidos vemos la felicidad de los demás multiplicada por dos o por tres. Es como las redes sociales. Ahí solo das lo mejor de ti, pero detrás hay mucho más. Supongo que también esto funciona así.
Me siento sola y tener ansiedad social no ha ayudado que digamos. No ir a los sitios de fiesta con mis compañeros de clase, sentir que sobro, llegar a clase y ver como mi ausencia no se notaría ni siquiera para una sola persona y esas cosas.Y es muy raro, porque estudio educación social y una de las funciones es acompañar a la gente e integrarla, pero yo no me he sentido muy integrada. Sé lo que piensa la gente, estarás diciendo " ¿por qué no lo dices?" o "tienes que abrirte a la gente, tienes que intentar ser más social, más extrovertida o más divertida, o reírte más o todo más". Son las cosas que las personas ven fáciles. Desde fuera.
Me resulta aún más notoria esta soledad cuando se acercan vacaciones o fiestas, y eso que no soy muy de fiestas y me da ansiedad, pero esto no significa que no me gusten o que no me guste reunirme con amigos y pasarlo bien. No soy alérgica a pasarlo bien. A veces me pregunto si realmente tengo amigos. Yo sé que los tengo porque tengo grupos en WhatsApp, porque veo muy de vez en cuando a todas a mis amigas de toda la vida, a otras dos amigas a las que he vuelto a ver desde hace poco, pero...nunca tengo plan para algo más.
Me deprime quedarme encerrada en San Juan, en Año Nuevo, en Semana Santa, en verano, inclusive en mi cumpleaños. A veces es como si fuera un bicho raro loco. A veces me voy a mi mundo y volver es complicado.
Tampoco sé cómo explicarlo mejor.
He tenido varios días en los que la necesidad de escapar de clase me ha matado. Esa sensación de vacío no es aconsejable. Y mis días ahora no se resumen en nada.
Solos mi pueblo y yo de nuevo. Sin nadie. Un verano insulso y gris. Todos los planes abajo. Nada de viajes porque el dinero lo es todo en la vida, y con ello el ahorrar y el trabajo.
No sé que es la amistad. Exactamente, qué es estar, ahí. Bueno, no hablemos de amor, ¿por qué, para qué?
A veces es imposible sentirse una como gilipollas esperando en la puerta del portal. Solo porque cometió un error. Humanamente, no puedo hacer más. Pero tampoco hace que pueda sentirme menos culpable muchos momentos.
Ya no diré más lo siento.
Con este sentimiento va mi inseguridad y la poca creencia en mis capacidades. Mi autoestima y es una pena, porque puedo ser maravillosa.
Solo es soledad.
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