Cuidado con los fantasmas que sobrevuelan en mi cabeza, pueden caer en la tuya.
Cuidado, con las garras que se aprietan alrededor de mi cintura, están apretando tuercas en mi mente.
"Voy atravesando el techo, pidiendo a grito perdón, dibujándome en la mente la forma de acabar con el ruido del exterior. Yo también me canso. Yo grito a lo desesperado. No es solo no verme bien en una foto, o en ninguna. Es algo más.
El sofoco del adíos. Mañana hay dolor en tu almohada y lágrimas en las sábanas. Es equívoco, no es real. Se vuelve rutina y en su esquina la puta melancolía. Dolida, por aquellos que decían volver pero no lo hacían. Es más de una lágrima cualquiera, caminar sin pensar por las calles granadinas, madrileñas, malagueñas, valencianas.
Soy huracán de sentimientos, pensamientos hoy. Despertando medio dormida y con el único pensamiento en la cabeza. Es el hedor de una farsa. La que invento. Ahogarse por asfixia. Lo siento. No hay mal que cure dos veces, ya me curé una".
Soy yo, solo yo, diciendo adiós. Con mi mano, mis labios, mi pelo al viento, mi pañuelo en el cuello, cuerda en la mochila. Me he equivocado mucho, pero todo el mundo lo hace todo el tiempo. Estoy orgullosa de haber sido tan buena persona, tan alegre a veces, haber dado todo de mí e incluso lo que no tenía a los demás. Me he preocupado por cosas que sé que no merecían esa atención. He ido más allá de lo que realmente debería haber ido. He sufrido miedo, nostalgia, ira interna, tristeza, vacío, soledad, desconfianza, terror, desesperación, frustración, desamor, realidad, etc. He sentido amor, amistad, alegría, ilusión, confianza, respeto, imaginación, etc. Estoy orgullosa de haber sido yo misma, aunque no del todo. No como realmente quería. Yo quería ser la que siempre hiciese reír a la gente, un poco como alegría por donde pasase. Lo era a ratos.
No creo que pueda ofrecer nada nuevo. No es que esté cansada, es algo más. No hay en mí algo sumamente especial. No tengo nada que otra no pueda tener. Creo, simplemente que a veces hay cosas que se te acumulan, te desbordan, y te arrastran. Mis " fea, tonta y pava" son lo mejor del mundo. Mi corazón roto a pedazos es increíble. Mi ira interna, incapaz de manifestarla por lo que piensen, es magnífica.
No entiendo a los que dicen que tengo buen cuerpo, ¿acaso están ciegos?¿lo estoy yo?
Y sí, me siento/soy fea. ¿Cómo demonios se puede sentir fea, a la vez que piensas que realmente no lo eres, pero que en el fondo sí lo eres? Es la puta locura en estado vivo. Cuando tenía 13, empezó la guerra, me sacudí con fuerza pensando que cambiaría. Me deslicé por el torbellino de la angustia, la inestabilidad, y el desprecio y odio hacia mi misma. Con el tiempo asciende, como un huracán, como un relámpago. Se situa en mi cabeza, en la memoria, y en mi cuerpo. Incuba.
A los 18 se desborda. Salen.
Lo siento mucho, he querido ser perfecta o lo mejor de mí, pero la perfección no existe y no sé que es lo mejor de mí. No sé porque el mundo podría necesitarme ahora. No entiendo nada. Solo quería decir que lo siento, que os quiero y no os olvidaré. Gracias por darme la oportunidad de conocerme, y de conoceros, y saber que sois increíbles así tal como sois. Sé que hay quién piensa que es absurdo o cobarde, pero deberían colocarse mis putos zapatos para saber que se siente estar 18 años aguantando insultos, pensamientos destructivos, amistades que se largan, cambios de humor extremos, y ser invisible allá donde vayas. Siempre he creído que podía existir una salida, bueno quizás esta no sea mi vida. No es que no sea lo suficientemente madura, que desde luego no lo soy, pero esto no es algo que tenga que ver con mi edad. Con ser adolescente o no. Lo que nos une a todas las personas como yo, son los problemas, son sentirlos tan intensos porque somos humanos. Tiene que ver con mi mente. Me siento orgullosa de aquellos que hoy luchan y ganaron la batalla, porque siempre creí en ello. Lo siento, y sed felices.
No os quiero, os amo.
Cuidado, con las garras que se aprietan alrededor de mi cintura, están apretando tuercas en mi mente.
"Voy atravesando el techo, pidiendo a grito perdón, dibujándome en la mente la forma de acabar con el ruido del exterior. Yo también me canso. Yo grito a lo desesperado. No es solo no verme bien en una foto, o en ninguna. Es algo más.
El sofoco del adíos. Mañana hay dolor en tu almohada y lágrimas en las sábanas. Es equívoco, no es real. Se vuelve rutina y en su esquina la puta melancolía. Dolida, por aquellos que decían volver pero no lo hacían. Es más de una lágrima cualquiera, caminar sin pensar por las calles granadinas, madrileñas, malagueñas, valencianas.
Soy huracán de sentimientos, pensamientos hoy. Despertando medio dormida y con el único pensamiento en la cabeza. Es el hedor de una farsa. La que invento. Ahogarse por asfixia. Lo siento. No hay mal que cure dos veces, ya me curé una".
Soy yo, solo yo, diciendo adiós. Con mi mano, mis labios, mi pelo al viento, mi pañuelo en el cuello, cuerda en la mochila. Me he equivocado mucho, pero todo el mundo lo hace todo el tiempo. Estoy orgullosa de haber sido tan buena persona, tan alegre a veces, haber dado todo de mí e incluso lo que no tenía a los demás. Me he preocupado por cosas que sé que no merecían esa atención. He ido más allá de lo que realmente debería haber ido. He sufrido miedo, nostalgia, ira interna, tristeza, vacío, soledad, desconfianza, terror, desesperación, frustración, desamor, realidad, etc. He sentido amor, amistad, alegría, ilusión, confianza, respeto, imaginación, etc. Estoy orgullosa de haber sido yo misma, aunque no del todo. No como realmente quería. Yo quería ser la que siempre hiciese reír a la gente, un poco como alegría por donde pasase. Lo era a ratos.
No creo que pueda ofrecer nada nuevo. No es que esté cansada, es algo más. No hay en mí algo sumamente especial. No tengo nada que otra no pueda tener. Creo, simplemente que a veces hay cosas que se te acumulan, te desbordan, y te arrastran. Mis " fea, tonta y pava" son lo mejor del mundo. Mi corazón roto a pedazos es increíble. Mi ira interna, incapaz de manifestarla por lo que piensen, es magnífica.
No entiendo a los que dicen que tengo buen cuerpo, ¿acaso están ciegos?¿lo estoy yo?
Y sí, me siento/soy fea. ¿Cómo demonios se puede sentir fea, a la vez que piensas que realmente no lo eres, pero que en el fondo sí lo eres? Es la puta locura en estado vivo. Cuando tenía 13, empezó la guerra, me sacudí con fuerza pensando que cambiaría. Me deslicé por el torbellino de la angustia, la inestabilidad, y el desprecio y odio hacia mi misma. Con el tiempo asciende, como un huracán, como un relámpago. Se situa en mi cabeza, en la memoria, y en mi cuerpo. Incuba.
A los 18 se desborda. Salen.
Lo siento mucho, he querido ser perfecta o lo mejor de mí, pero la perfección no existe y no sé que es lo mejor de mí. No sé porque el mundo podría necesitarme ahora. No entiendo nada. Solo quería decir que lo siento, que os quiero y no os olvidaré. Gracias por darme la oportunidad de conocerme, y de conoceros, y saber que sois increíbles así tal como sois. Sé que hay quién piensa que es absurdo o cobarde, pero deberían colocarse mis putos zapatos para saber que se siente estar 18 años aguantando insultos, pensamientos destructivos, amistades que se largan, cambios de humor extremos, y ser invisible allá donde vayas. Siempre he creído que podía existir una salida, bueno quizás esta no sea mi vida. No es que no sea lo suficientemente madura, que desde luego no lo soy, pero esto no es algo que tenga que ver con mi edad. Con ser adolescente o no. Lo que nos une a todas las personas como yo, son los problemas, son sentirlos tan intensos porque somos humanos. Tiene que ver con mi mente. Me siento orgullosa de aquellos que hoy luchan y ganaron la batalla, porque siempre creí en ello. Lo siento, y sed felices.
No os quiero, os amo.
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