Voy cosiendo números que podrían haberme dado la vida entre mi pelo. Relato sus poemas, las formas de conseguir llegar a la meta. Y ahí esta, esa sensación, la perdición de una mirada inquieta, la mía. El oscuro casi negro de los ojos que miran, que miran un 5.9. Yo no puedo ser/no debo ser un 5.9 . Valgo más que un 5.9 . A menudo da igual lo que te esfuerces, porque esa gente no ve tu lucha, tu ilusión, tu sangre en cada herida. No miran con ojos de enamorado, porque no enamoro. No les seduzco, no les formo un strepptease. Una siente que no importan las veces que firmes con tu nombre y DNI. No eres capaz. Vives con una ilusión ciega, un destino perseguido, y una alegría descomunal que te llevan a la decepción. Entonces, piensas ¿no soy lo suficiente?. Y vuelves los años hacia atrás, como flash-back. Me aterrorizo y ni siquiera un abrazo puede sacudir el polvo de mi cuerpo. Soy un número más, una chica buena pero no lo suficiente, quizás piensan que no me esfuerzo, o que deb...