Tic tac, tic tac.
Y empieza de nuevo. Alzas tu voz y lo gritas. Callas. Vuelves
a la carga. Cuentas secretos, formas de mantener tu vida.
Tic, tac.
Pero pierdes todo tu tiempo y haces perder tiempo a los demás.
Acusas, criticas, juzgas, llamas, insultas, faltas el
respeto, cualquier sinónimo que quieras utilizar. Un día podría levantarme de
la silla y girarme, el mundo se escondería ante el desastre.
Pero, ¿sabes? No soy como otra gente. Sería incapaz de
insultarte, menospreciarte, juzgarte, acusarte, llamarte o faltarte el respeto.
Conozco a muchas personas que prefieren o que lo suyo es decir cuatro cosas o “partirte
la cara”, quitar lo “lista/o” que te creas y ponerte en tu sitio. He conocido a
gente que ha criticado a todos y a todo por lo más mínimo. Luego se han
escusado diciendo que la gente critica sin saber, bueno bien pues, ¿qué estáis haciendo?
Mirarse a uno mismo, creo que es complicado, pero se debería
hacer primero.
Yo podría decirte eso claramente, de forma civilizada, y sin
intención de “ponerte en tu sitio o partirte la cara”:
“ ¿Tan poco te quieres a ti misma/o que ocupas tu tiempo en
los demás? Por tu bien, deberías mirarte y quererte más y criticar menos. Tus críticas,
ya me creas o no, pueden causar daño. Las palabras son dardos llenos de veneno
que envenenan el cuerpo de quienes como tú no se quieren y no se respetan. Son
motivo de suicidio. No creo que tu corazón este tan helado, para que sientas
placer al hacer daño. Creo que eres una persona increíble, incapaz de darse
cuenta de que dar amor es mejor que producir odio. Si señalas mis defectos, mi
forma de ser, de hablar, de escribir, mi cuerpo, mi cara, mi voz, o la forma de
sentar mi culo en la silla, te recuerdo que yo como todos aquí y alrededor del
mundo, no son perfectos. Tú no eres perfecta/o. Cada uno tiene su forma de
actuar en el mundo y esa persona, sea quien sea, de la raza, religión, cultura,
procedencia, y nivel social se merece ser ella misma. Se merece respeto. De la
misma forma en que tú quieres respeto. La próxima vez deberías de pensártelo dos
veces, reflexionar, y dejar de llamarte cosas como “zorra, estúpido, fea,
gordo, horrible, patético,” o cosas por el estilo. Aquí nadie es perfecto, asi
que quiérete y respeta.”
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