Adiós 2013, tú te llevas el incendio en mi cabeza, en mi pueblo, el dolor del adiós, la sensación de presión, absorción del quemazón, de un año lleno de algodón, dulces de navidad, deseos de una noche de San Juan. Te llevas el verano maldito, la sombra de la desconfianza, la sangre en mi cadera, las heridas del ayer. Te llevas en maletas vacías, los sueños perseguidos, los amigos que se marcharon, que escupieron la mentira en mi cara. Te llevas la soledad, los días fríos, las lágrimas indeseadas. Te llevas mi alegría, la sonrisa de mi rostro, los regalos merecidos y no tanto. Los bailes que no bailé en tu salón, la mancha de algo en mi camisa, la esperanza que un día vaya mejor. Te llevas el latido de mi corazón, su soplo de vida, la llave que abre mi mundo interior. Te llevas la condena, la cadena que me ata a su vida, las noches en las que no dormía por dolor, los exámenes y su obsesión. Las pruebas que no alcance, que no pasé, el sonido de un corazón al romper. Te llevas mis miradas...