Increíble es que te hayas convertido en mi dios ( no pretendo que Dios se mosquee, solo lo digo en lo terrenal). Increíble que tus manos me den vida, me cojan por la cintura desprevenida y me asuste por no estar acostumbrada. Increíble tus ojos. Podría mirarlos sin cansarme jamás. Puedo reflejarme en ellos, puedo sentir esa magia que nos rodea. Increíble tu forma de hablar, me enamoro de cada sílaba que tu boca dedica para mí, aunque sea un monosílabo. Increíble los besos que me das, esa forma de acariciar, de transmitirme paz y tranquilidad. Me asombra lo loco que estás, pero por esa manía para mí eres especial. Me haces girar a cuadros, sí, porque a cuadros me dejas. No hay mundo si no es contigo, coge mi mano y llevame al paraíso, es muy sencillo. Creemos nuestras propias reglas, la primera es que no haya ninguna de ellas. Conduceme al sitio, al momento adecuado donde sea o cómo sea mientras sea a tu lado. Ya no hay dolor en las esquinas del rincón dónde iba a llorar, no hay n...